El fin de semana pasado me encontré con mi ex en un cumpleaños... hace mucho que algo así no ocurría. Nuestra relación de 6 años terminó tan mal, que incluso ahora, después de 7 años seguimos sin saludarnos, siquiera por cortesía...
Evoco a mi ex, pues lo culpo indirectamente de esta soltería que mantengo desde el día en que me dejó. Si, aunque suene extraño, llevo 7 interminables, dolorosos, desesperados y agotadores 7 años en la más absoluta soledad amorosa. Pucha que me ha costado, no puedo decir que no he tenido su pinche loco, su beso más que cuneteado, su touch and go fugaz, su desenfreno de una noche, ¡pero la estabilidad nunca llega!, por más que la busco incansablemente algo sucede con los hombres que no se acercan, o cuando lo hacen reculan en el momento de ponerle nombre al toqueteo.
Lo que ahora escribo es siempre tema obligado en las reuniones con amigos y amigas, los que al igual que yo, bordean los 30 años, son profesionales atractivos, manejan sus lucas, gustan de viajes y buena comida, pero el puto amor sigue siendo esquivo por alguna razón para este grupo etario.
Ahora bien, este blog nace a partir de ese fugaz encuentro con mi ex, pues no se bien si es la vulnerabilidad, la soledad o la necesidad, pero desde esa situación, cada noche al cerrar los ojos, la maquinita que fabrica mis sueños me lleva hacia él, a imaginar que estamos juntos, que vuelve a besarme, o que sigo amándolo como hace 7 años... ¡Y NO QUIERO! huyo absolutamente de esa posibilidad, que lata después de tantos años volver al pasado, volver a ese mal amor... Actualmente busco otro tipo de oveja, una nueva, interesante, especial, emocionante y ¡que me haga revivir!
Pero bueno...no me queda otra, seguiré buscando y urdiendo nuevas estrategias para encontrar ese exquisito, sabroso, afelpado y esquivo amor, pues definitivamente ESTA OVEJA SE NIEGA ROTUNDAMENTE A QUEDARSE SIN SU PAREJA.
